Sunday, August 21, 2005

El alma fria

Desnuda; desnuda bajo la ducha.
El primer contacto con el agua hace que mi cuerpo se estremezca. Sensaciones de calor, humedad y placer se funden en mi piel. Meto la cabeza bajo la ducha y siento como el agua invade mi cabello desde las puntas hasta la raiz, en el cuello, donde hace estragos en mis sensaciones.
Cierro los ojos y bajo la vista, dejo que el cálido líquido golpee en mi nuca y resbale por mi cuerpo; entonces pienso en él, pienso en qué sentiría si el estuviese aqui, el agua resbaládole por su cuerpo terso; ahogo un suspiro que proviene de mi corazón, que proviene de mi sexo.
Una mano firme me acaricia la cintura, me doy la vuelta, es él...le miro a los ojos, los suyos clavados en los mios, su mano aún sigue en mi cintura y yo juraría que puedo sentir los latidos de su corazón a través de su dedos.
Le atraigo hacia mi con una seguridad que no siento y por primera vez las cálidas gotas tocan su piel, noto su estremecimiento, casi puedo sentir esa sensación de cálido placer que recorre su cuerpo y me doy cuenta de que necesito el contacto de su cuerpo con el mio; siento su mirada sobre mi y puedo ver sus labios entreabiertos llenos de deseo y se que el deseo también me está invadiendo.
Nuestras miradas clavadas en ambos, los labios expectantes, las manos deslizandose por el cuerpo del otro. Cierro los ojos y al momento siento su boca sobre mis labios, su lengua tocando la mia, primero con timidez luego con clara determinación, con pasión, con entrega y el agua mientras recorre nuestros cuerpos ahogando los suspiros de placer que nos provocamos...
Abro los ojos, me froto la nuca, caliente, demasiado caliente. Vuelvo a meter la cabeza bajo la ducha; el agua recorre mi cabello y mi cara, ahuyenta los fantasmas creados por mi necesidad de tenerle junto a mi, de sentirle.
Cierro la ducha, miro a mi alrededor, no está, estoy sola, y siento un frio interior que me inunda el alma, un frio que no tendría cabida en mi corazón si él estuviese aqui